Eran los años 60. La gente se paseaba con Rayuela de Cortázar bajo el brazo. Los jóvenes vivían con el Winco a todo lo que daba. La Minujín escanzalizaba a los burgueses poniendo La Menesunda en el Di Tella. “A tres cuadras de un Jockey Club que no se resolvía a resurgir de sus cenizas –ironizaba Halperín Donghi-, una institución que llevaba el más célebre de los nombres surgidos de la nueva burguesía industrial [Di Tella] ejercía en el más alto nivel el arbitraje de las modernas elegancias».
Hasta las elegancias se reinventaban en aquella época. En 1969, se promovían unas innovadoras camisas. “Cada detalle de la camisa Lavi-Listo, lleva la marca inconfundible de su calidad exclusiva –decían los avisos- Por eso, usted se identifica con ella”. Quienes verdaderamente se identificaban eran las amas de casa, puesto que la tela con acrocel no requería planchado.
Los años 60 eran un trapicheo. Por un lado, la pastilla anticonceptiva, los hippies, el Mayo francés. Por el otro, los militares, la censura, la clausura de Primera Plana. Junto a un aviso de las Lavi-Listo, se leía: «La policía detiene a catorce extraños de pelo largo que pretendían asistir a un peligroso recital de rock».
LAS RECUERDO, MAMA LAS COMPRABA PARA MI PAPA Y PARA MI , ERAN ESPECTACULARES !!!!!!!