Las primeras figuras parecidas a muñecas eran objetos brujos o religiosos, no juguetes. Los antiguos egipcios pintabanprendas de ponerse decoradas sobre pequeños fragmentos de leña en manera de paleta y luego los adornaban con hilerasde cuentas de arcilla para aparentar el cabello.
Después colocaban estas muñecas en las lápidas de sus muertos creyendo que les harían de asistentes en la otra existencia. En Europa las muñecas tenían un sitio singular en los aposentos de lasniñas, mientras tanto que en algunas islas del Caribe habían personas que querían vengarse de alguien y clavaban alfileres en monigotes de vudú con la perspectiva de causarles quebranto a sus enemigos.
Es tan fácil crear y dar vitalidad a una muñeca de paño que con una línea la haces sonreír y con un poco de género la puedes vestir de aldeana o de princesa. Toda mujer gusta de una muñeca: las grandes las coleccionan, las chicas las miman.