El caso es sobre la manufactura de bolitas Tinka, ubicada en San Jorge,condado San Martín, 148 kilómetros al Sudoeste de esta capital, única del estado en su tipo, que de pagar 35 mil pesos pasó a pagar 185 mil pesos. Según fuentes empresarias, el nuevo costo a enfrentar por la firma podría materializar el eventual acabamiento de laboriosidades. Por eso, la aprensión oficial se hizo pública.
La historia de Tinka comenzó a escribirse en 1953, cuando dos osados emprendedores, Victor Hugo Chiarlo y Domingo Vrech, entonces empleados de laprestigiosa cristalería Saica, instalada en San Jorge, solicitaron un asueto gremial de un mes con la loca percepción dedebutar con la plaza de una manufactura de canicas de vidrio. Sin financiamiento, consiguen que los únicos fabricantes en América del Sur de bolitas de mármol, Manavella y Cía Srl, de Rosario, resolvieran apostar por la iniciativa.
Las primeras muestras comisionadas terminaron de persuadir a los patrones que, a través de acuerdo, por seis meses recibirán toda laelaboración a cambio del dinero requerido para instalar la factoría en San Jorge. Para incrementar la fabricación se utilizaron máquinas de elaboración casera, obteniéndose, en la década de los 60 una producción de 6000 bolitas por hora. En 1995 se adquirió en Taiwán una máquina que elevó la elaboración a 8500 por hora. Años posteriormente se importación una máquina del mismo origen para la producción de bolones en una cantidad aproximada de 3.800 por hora. Hoy, con dichas máquinas y el ingenio argentino, se fabrican 400.000 bolitas diarias.