En 1860 Don Domingo Marticorena funda una fabrica de licores y soda. Se cree que fue la primera en Argentina y una de las primeras en Sudamerica. Situada en la calle 25 de Mayo frente al » Hotel del globo», se la vende a Don Emilio Billat y el 1 de Mayo de 1866 este se la vende a los hermanos Andres y Pedro Inchauspe.
En 1868 los hermanos Inchauspe fusionan su fabrica con la de su hermano Juan Inchauspe y se trasladan a Moreno y Defensa pleno barrio de San Telmo. Pontro este local les queda chico y adquieren un terreno en Venezuela entre Balcarce y Defensa. Era el año 1869. La epidemia de fiebre amarilla les hace comenzar la construcción recién en 1872. Allí funciona la fabrica durante algunos años, pero se separan de la firma Don Juan y Don Andrés, quedando al frente Don Pedro Inchauspe.
En 1886 la fábrica se traslada a calle Independencia 456 al 472. Con el prestigio que adquieren los refrescos Inchauspe y por ser su fabricación tan diferente a la de las aguas y sodas, en 1904 se le dio comienzo a la edificación para la fabricación de estos productos en San Juan 2850 bautizandola con el nombre de» La Argentina»
Hasta la década de 1930 la Soda a familias se compraba en las Despensas y bares. Pero a partir de esa época comienzan los repartos a domicilio con carros tirados por caballos.
«LA SODA» (Agua con gas carbónico), se remonta su llegada al país, cuando venia en garrafas de metal con un cabezal especial para extraer el agua gasificada esto provenía de Inglaterra a partir de la ultima década del siglo XIX.
Con la fabricación del SIFÓN de vidrio con malla de alambre (doble bocha, 2 Lts.- 1Lts.- 3/4 Lts.) con carga individual, que se compraba en ferreterías y bazares de la época de este modo comienza la historia del SIFÓN en Argentina.
Luego, con la aparición de las maquinas de llenar SIFONES de uno y dos picos, los cuales eran cargados en forma manual e individual. Mas tarde, la malla de alambre fue reemplazada por aluminio, hasta perfeccionarse, llegando así a la industrialización de este producto «EL SIFÓN» .
El SIFÓN antes de salir a circular de casa en casa «se curaba» , es decir, se colocaba un poco del contenido y se dejaba reposar por una semana; a la semana siguiente se agregaba un poco mas de liquido y se dejaba reposar nuevamente por una semana y luego si se llenaba para que después de este procedimiento, poder salir a circular libremente.
«El operario» debía trabajar con una careta de alambre y un delantal (por fuera de cuero y en su interior con una lamina de estaño o plomo) por una posible explosión del SIFÓN en su llenado.
«La cabeza de plomo» , se utilizo hasta el año 1970 aproximadamente, aunque en algunas sederías la llegaron a utilizar hasta 1975, fecha en que salio una reglamentación que prohibía su uso, por ser contaminante y a partir de allí se comenzó a utilizar, la cabeza de plástico hasta la fecha.