Con un impecable gusto por el buen humor afilado y decisivo de una verdad argentina transcurrida en varias décadas, un varón que supo ser al mismo momento capocómico e historiador. Es que al volver a sentir los monólogos de Tato Bores no quedan vacilaciones de que gran parte de la explicación política de la Argentina ha sido narrada de una manera sobresaliente
por este mito de la pantalla chica nacional. Mediante un guión que reunió características de comicidad, crítica a la institución, y realidades incontrovertibles, aquel hombre aderezado con un frac, una trenza, un par de anteojos de batiente grueso y un habano, supo tomar el interior de los argentinos, quienes se volvieron seguidores totales de sus shows televisivos, adonde los monólogos sabían hallar la risa de los televidentes.
En realidad no fue un cómico más; Tato era único. Nació el 27 de abril de 1927 en Buenos Aires, bajo el nombre de Mauricio Rajmín Borensztein, en el seno de unafamilia judía de categoría media, que por aquella época no únicamente se debía contraponer a la crisis económicauniversal, sino todavía a la discriminación que constantemente los golpeaba en el corazón.
En este contexto creció el pequeño Mauricio, que a pesar de la disciplina que le imponían sus padres siempre demostró un insuficiente empeño por los estudios, lo que lo llevó durante la primaria a ser expulsado de la Escuela Julio A. Roca.
Es que su verdadera afición había comenzado a turbar en su mente, y sabía que lo suyo era el genio. Por eso con solamente 15 años decidió diferirpara siempre los saberes y dedicarse al trabajo, iniciándose como oyente de la banda de Luis Rolero y René Cóspito, lo que lo llevó a estudiar música, tomando clases de clarinete.
Pero la música no era en verdad lo que le importaba. Él sabía que había nacido para otra cosa y, no dudó en perseguir su ideal. Casualmente, su inicio como cómico estuvo lejos de lo que sería Tato Bores en el futuro, sin embargo realmente fue el puntapié preliminar para osar su camino en la vida.
Todo ocurrió durante la despedida de soltero del músico Santos Lipesker, durante la cual Mauricio se paró frente al público y ofició de cómico, haciendo reír a los presentes con sus ocurrentes chistes. En la reunión estaban presentes el argumentista Julio Porter y el cómico Pepe Iglesias “el Zorro”, quienes al reparar el excelente atrevimiento del joven decidieron convocarlo para laborar en Radio Splendid.
A partir de aquel momento nació Tato Bores, con el mote creado por Julio Porter, que lo convertiría en uno de los grandes cómicos de la Argentina. Varias fueron las oportunidades que siguieron al comienzo, las cuales paulatinamente permitieron producir un interés cada vez mayor del público hacia el querido Tato.
No obstante, sumáxima consagración llegó de la mano de la televisión, comenzando en el año 1957 con su participación en el ciclo “la familia Gesa se divierte”, y luego convirtiéndose en uno de los artistas más indispensables por los empresarios nacionales. Llegarían así sus auténticos ciclos televisivos, comparables como “tato, siempre en domingo” por canal 9, “por siempre Tato” en Canal 11, “dígale sí a Tato” y “déle crédito a Tato” por Canal 13, “tato para todos”, “tato Diet”, “tato de América” y, por supuesto su memorable “good Show”.
Cada uno de los ciclos televisivos encabezados por este mito de la comicidad argentina, rápidamente se consagraba en éxito absoluto, demostrando el interés del público en el mensaje que expresaba Tato Bores, que unánimente hacía poner incómodos a los políticos de turno. Fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, pocos años luego, la muerte llegó inflexible el 11 de enero de 1996.