Este simpático y romántico juego proviene de Francia, donde se le conoce simplemente como effeuiller la marguerite. Es prácticamente imposible trazar el origen de esta costumbre pero sin duda,
muchos la hemos practicado, quizá en nuestra niñez o en nuestra adolescencia, al tratar de saber si nuestro vecino, o el chico o chica más guapo o guapa de la clase nos «quería» . La costumbre se ve reflejada en la literatura en innumerables ocasiones, así como en la música. El compositor argentino Elías Randal, habla precisamente de ella en su tango Margaritas al cantar «Con pesar deshoja sus pétalos blancos, blancos como el alma de quien me las dio, una que me responde que sí, que me quiere, la otra que me olvidó».
Alejandro Sanz, también habla de ella: «Qué extraño es esto del amor, ¿Por qué preguntar a una flor? Bajo la lluvia y bajo el sol, la margarita dijo no». En una variación de esta tradición, las mujeres de épocas pasadas recitaban, «Este año sí, este año no, el próximo o nunca,» mientras arrancaban los pétalos de una margarita cuando querían saber cuándo se irían a casar.
Una creencia medieval decía que si una doncella deseaba casarse pronto, podía arrancar un manojo de margaritas con los ojos cerrados. Al abrirlos, el número de margaritas con capullos recién abiertos les indicarían cuántos años le quedaban por casarse.
También en esa epoca, los agricultores solían decir que la primavera no llegaría hasta que al pisar, uno se encontrara 12 margaritas debajo de su zapato. Además, se consideraba de buena suerte soñar con margaritas durante la primavera y el verano. Por el contrario, si se soñaba con ellas durante el otoño o el invierno, se consideraba un mal presagio.
Por otro lado, una leyenda celta dice que las margaritas eran en realidad los espíritus de todos los niños que habían muerto al nacer. De acuerdo al relato, Dios roció estas flores por toda la Tierra para brindarles alegría a todos los padres que habían perdido a sus hijos de esta manera. Se cree que debido a esta leyenda, se considera a la margarita como símbolo de la pureza y la inocencia. Aunque el 28 de enero fue el
Día de la Margarita, no se necesita un día para regalar un ramo de estas hermosas flores a un ser querido, o jugar el viejo truco de deshojar una margarita para saber si esa persona especial le corresponde.
Si de casualidad la margarita te da una respuesta no grata, no te preocupes, que la tradición no dice que sólo puedes usar una margarita. Nada te impide coger otra y comenzar otra vez: «me quiere, no me quiere».
Si se necesita ayuda para expresar las emociones, se deben colorear de adentro cara fuera; si
se quiere buscar el propio centro, se va a pintar de afuera cara adentro.
Alrededor curvas nºs cinco, son los pétalos
de la primera y un g. catorce, línea de varias
presillas alrededor del círculo los de la otra.
A últimas datas, empezaron a utilizarla de forma
indiscriminada como un remedio casero para el cáncer de piel, pero obviamente, los resultados fueron horribles.