Paseando por las angostas calles que aún mantienen el empedrado, cercanas a la estación Borges del Tren de la Costa, en el barrio de Olivos, de repente nos topamos con la imagen inconfundible de uno de los cómicos más grandes que tuvo la Argentina. Su rostro de buenazo, enmarcado por un sombrero inclinado, nos deja ver un pasado plagado de recuerdos, porque en definitiva todos tuvimos la oportunidad de sentir como un miembro más de la familia a Minguito Tinguitela.
Porque ese era justamente el vínculo que lograba Juan Carlos Altavista cuando se ponía en la piel de aquel querido personaje, que se resiste al paso del tiempo gracias a los archivos televisivos y ese monumento que inunda de alegría al barrio de Olivos. No por nada, alguna vez dijo: “Cuando salís a la calle sos de la gente”.
Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo, aseguran que su humildad, sencillez y bondad trascendieron más allá de la pantalla. Por eso Mingo o Juan Carlos, según fuera el caso, se convirtió en amigo de todos los argentinos, y no es de extrañar que cuando la gente pasa junto a su monumento lo salude con el habitual “¿Qué hacé tri tri?”, como si aquella figura de bronce encerrara en su interior al inolvidable y querido “gomía”.
Incluso, seguramente fueron las paradojas que tiene la vida lo que hizo que Altavista nos dejara para siempre un día del amigo. Aquello ocurrió el 20 de julio de 1989, a raíz de un ataque cardíaco, y después de haber sufrido durante varios años del Síndrome de Wolff-Parkinson-White, que le provocaba eventualmente taquicardias.
Fue desde aquel momento, o quizás desde la creación de Minguito, que el público comenzó a identificarse con el personaje, y hoy no es de extrañar que alguna que otra vez nos encontremos diciéndole a alguien “Parecés Minguito”, cuando vemos que acumula papeles en sus bolsillos.
Juan Carlos Altavista nació el 4 de enero de 1929, y desde muy pequeño supo que su destino estaba en la actuación. Así fue que comenzó a incursionar en dicho arte a través de las actividades en las que participaba dentro del Teatro Infantil Lavardén. Allí compartió el inicio de su pasión junto a otras importantes figuras, como fue el caso de Julia Sandoval y Beba Bidart.
Mientras trabajaba en distintos oficios para colaborar con la economía de su casa, comenzó a estudiar teatro más profundamente, para lo cual tomó clases con actores de primer nivel, como es el caso de Narciso Ibáñez Menta, Francisco Petrone y Luis Sandrini.
Aquel hombre que cultivaba un sueño, de repente se sintió enamorado de una joven llamada Raquel Álvarez, y no dudó en unirse para siempre en matrimonio con quien siempre aseguró que era el amor de su vida. Con ella tuvo tres hijos: Juan Gabriel, Ana Clara y Maribel, esta última esposa del actor Miguel Ángel Rodríguez.
Los años pasaron y su vocación por el teatro creció cada vez más. Mientras aprovechaba las oportunidades que le surgían para interpretar algunos pequeños papeles, sobre todo en radio, llegó el momento de la creación de uno de los personajes más emblemáticos de la Argentina.
En realidad, Minguito Tinguitela surgió de una idea compuesta en conjunto por Altavista y Juan Carlos Chiappe, quienes en una charla trataron de darle forma a un personaje entrañable y reconocible. Por ello eligieron un ciruja, ataviado de ropas viejas, con boina, alpargatas y el típico escarbadientes en la boca.
Altavista dio a conocer a Mingo en la radio, y tal fue el éxito que obtuvo inmediatamente que fue requerido por Gerardo Sofovich para que se incorporara a “Polémica en el bar”, y al poco tiempo también en un sketch del ciclo “Operación Ja-Já”.
No debió pasar mucho tiempo para que el público lo eligiera, y entonces Mingo necesitó un espacio propio, en el que lo acompañaban Jorge Porcel, Fidel Pintos, Javier Portales, Vicente La Russa, Mario Sánchez y Adolfo García Grau.
Al mismo tiempo, Mingo continúo irrumpiendo el éter con su participación en el programa radial “El Clan del Aire”, en el que participó durante más de una década, entre los años 1976 a 1989, y por lo cual fue galardonado con el Premio Argentores. Y en televisión, en el año 1987 llegó uno de los ciclos más inolvidables del cómico. Bajo el título de “Super Mingo” un conjunto de sketch lo ponían como protagonista de la pantalla de Canal 11, y allí también fue premiado.
Su paso por el cine nos ha dejado una larga lista de más de 60 películas en las que Juan Carlos Altavista compartió la pantalla junto a importantes figuras del momento, con filmes como “Los muchachos de mi barrio”, “Minguito Tinguitela Papá”, “Brigada en acción”, “La Nona”, “¡Qué linda es mi familia!”, y entre otras la inolvidable saga de Mingo y Aníbal, junto a Juan Carlos Calabró.