El origen del chiclets adams es bien particular. Un tal Antonio López de Santa Ana era aficionado a mascar goma y cuando fue depuesto del gobierno en Méjico, se exilió en State Island y mandó llevar un cargamento de esa resina insípida. Un conocido suyo, Thomas Adams, vio sus posibilidades y trató de convertirlo primero en sustituto del caucho consiguiendo malos resultados.
Así que su siguiente intento fue lo que en 1870 estaría bajo la patente de “Adams New York Chewing Gum” que valía como sustitutivo de la parafina, que por aquél entonces se usaba a modo de chicle. De todas formas, no sería hasta más adelante cuando se le intentara dar sabor con regaliz, jarabe de arce y menta.
La producción de Chiclets Adams comenzó en Venezuela a partir de los años cincuenta. En el año 1968 se abre una planta de producción la cual se ubicó en la Trinidad, en Caracas.
En el año 1997 la multinacional Warner Lambert propietaria de la marca decide trasladar la producción a Colombia como parte de una decisión estratégica de agrupar la producción de latioamérica en tres grandes centros. Otras marcas de Adams son Halls, Certs, Trident, Clorets, Bubaloo, Bubbliocious
Los sabores que más recuerdo son el típico Menta (caja color amarillo), el sabor a canela (caja color roja), sabor a tutti-frutti (caja rosada) el sabor a yerbabuena (caja color verde) y el sabor a fresa (caja color rosado tirando a rojo) y la caja multisabores. Hubo una época en los ochenta en que la caja de los chiclets adams se utiliza como trompetilla al soplar por uno de los lados de la cajita vacía.
De verdad que teníamos bastante imaginación en aquella época. Recuerdo que en algunas fiestas de piñatas parte de las chucherias que recogías eran unas mini cajitas de chiclets adams de varios sabores.
Los comerciales de Chiclets Adams han sido variados a lo largo de los años. Posiblemente el concepto que se ha mantenido constante ha sido el ruido de los chiclets al mover la cajita de los chiclets. Ese sonido tan característico se convirtió en un icono del producto.