Si se habla de pelotas, es difícil no poder hablar de la de fútbol. Por que sin vacilaciones es el objeto principal del el deporte rey, y porque aparte de la transformación que han abrigado las técnicas de juego, los mismos atletas, y los estadios, las pelotas han conquistado una innovación que las ha hecho más determinantes en el juego a lo largo de los años.
Su carrera es larga y las pelotas de cuero encontradas hoy día, han llegado a certificar casi 500 años de antigüedad. Los materiales de ese tipo de rudimentos, son lo más llamativo porque por ejemplo, solían labrarse con tripas o vejigas de animales recubiertas de pellejo.
De todas maneras, en ese momento el atletismo tenía más características de rugby que de lo que ahora conocemos como fútbol. Mucho más delante en el tiempo se vieron pelotas que eran cocidas a mano en pellejo y cerradas con el más grueso tiento del mismo material.
El quebradero de cabeza de este tipo de pelotas es que se trataban de un riesgo para quienes pudieran cabecear, o en su defecto percibir un pelotazo. Lo primero que se buscó por aquellos tiempos era inventar una esfera con aire que pudiera desnivelarse lo menos posible. Es decir que mantuviera su contrapeso para doblar con precisión y estar en el aire sin extraviar el rumbo.
Las primeras normas de fútbol sancionadas en 1863 determinaron inmediatamente las características definitivas y que han sufrido muy poca alteraciones a lo largo de los años; onzas, pulgadas y diámetros quedaron determinadas hace abundantes años. Y lo que ha ido cambiando es su método de fabricación y sus materiales. Al inicio se hacían con cuero natural y a mano, hasta que se decidió por pasar a los cien por ciento industriales, porque incluso eran los que menos agua absorben. Y seguidamente vinieron los laminados, que tienen mejor tolerancia al agua y mucha más vida útil.
Los mundiales de fútbol desde 1930 suelen ser el escenario imponente para poder exhibir las novedades y los nuevos modelos. De hecho, se considera que la presentada en Argentina en 1978 llamada Tango fue una de las mejores de la carrera.
Se trataba de un balón de 32 gajos de cuero, cocidos a mano, que marcó el modelo para los posteriores, y a más fue el primero comercializado por una marca; adidas que es evidentemente quien sigue patrocinándolas para los mundiales de la Fifa.