Los helados Laponia supieron dar toda una gama de productos que hoy recordamos más por su forma, que por su sabor. Obviamente, el Patalín es el mayor representante de los mismos, por que además convengamos que una fabrica que tiene la poco feliz idea de llamarse «Laponia», y encima saca un helado de crema con forma de pie al que bautizan Patalín, no es la estrategia de marketing más efectiva que se pueda efectuar (algo solo superado por los helados Pirulo, lean la nota del hipervínculo por que su dueño hace todos los esfuerzos para que la gente lo insulte en la calle). Aquì pueden ver algunas golosinas que vuelven desde su lejano pasado!
Similar al Patalín (que era el que ganabas siempre en cada promo de la marca) era el Frutidedo, que tenía forma de mano y gustos frutales. También estaba el Esquimal, un palito helado parecido al torpedo pero con forma cilíndrica (nunca un helado de agua ha sido descrito con tanta puntillosidad) y el Topo Gigio, inspirado en el popular personaje nacido en Italia.
Finalmente llegamos al helado con forma de payaso y nariz de chicle, del cual pueden decirse dos cosas:
1_ el chicle obviamente estaba congelado, por lo que era casi imposible comerlo
2_ y mucho más importante: nadie en el universo sabía (hasta hoy) como se llamaba este helado
Esta incógnita, me persiguió por muchos años y ahora gracias a uno de nuestro lectores (muchas gracias Patsa) podemos develarla. Sabíamos que no se llamaba Payasito, Payasín, Plin (lo más parecido que existe, pero de otra marca), ni nada por el estilo. Nadie lo sabía, e incluso hay varios foros en los que la pregunta está colgada desde hace unos años, sin que nadie la conteste.
Señoras y Señores: Ese Payaso se llamaba POPSY. Ya pueden correr a contárselo a todos.
Datos Anecdóticos: el «Teto» Medina tuvo su debut en los medios a los 16 años en un comercial para helados Laponia, y también el «Pato» Fillol protagonizó años antes una publicidad de esta marca, que fue creada por Aguila en 1930 (imagen a la derecha).
En fin, lo seguro es que Laponia fue comprada por Unilever, una multinacional anglo-holandesa que hizo desaparecer la marca para crear los Kibon, pero que hace poco confirmó que se retiraba del mercado de los helados, vendiendo la marca a Arcor.
Este dato no es menor, por que el gerente de negocios del grupo es Guillermo Storni, un ex ejecutivo de Aguila Saint, mentor de los populares helados Laponia. Por lo cual nos preguntamos: ¿volveremos a ver al Patalín y al maldito payaso en las calles?. Si lo ven a Storni, por favor pregúntenle.