Es un aparato que realiza la pulverización de un líquido insecticida por medio de una corriente de aire a gran velocidad, la cual sirve a la vez para transportar a cierta distancia el producto insecticida. El caudal de aire generado por un émbolo, que se acciona manualmente al empujar desde un extremo de un tubo, es enviado hacia la otra zona del tubo donde en su extremo se realiza un taladro con una sección muy inferior a la del tubo.
Esta fuerte reducción de la sección provoca que la velocidad de aire aumente en la salida de forma sensible. Justamente antes del taladro se coloca el depósito del insecticida conectado al tubo donde provocamos la corriente del aire. Por efecto Venturi se crea una depresión justo antes de la salida que hace que el insecticida sea aspirado por la corriente de aire y así el insecticida es finalmente pulverizado en el exterior.
Uno de los posibles orígenes del nombre del aparato surge de una onomatopeya (imitación lingüística de un sonido natural) del ruido que se provocaba al apretar el émbolo del extremo del insecticida, “flissss”.
Otro de los orígenes que se apuntan es el de que el nombre “flis” procede de la palabra inglesa “fly” (mosca en inglés), ya que esta palabra se podía leer en algunos de los envases del insecticida y anuncios del mismo. La adaptación de la palabra inglesa al lenguaje local dio por resultado el nombre del aparato del “fli”.
El tercer origen parece que está relacionado con una marca de insecticida que se expandió por todo el mundo, la marca “Flit”. Este producto fue inicialmente comercializado en 1923 en Estados Unidos por la petrolera Standard Oil Company, la compañía de John D. Rockefeller. En España empezó a comercializarse poco después ya que los primeros anuncios datan de 1926.
Su composición fue variando con el tiempo. En un principio se basaba en una mezcla de petróleo y pelitre, posteriormente se añadió DDT, aunque la cantidad de éste no excedía el 3%. La marca “Flit” desapareció entre finales de los 60 y principios de los 70.
El diccionario oficial del Institutd’Estudis Catalans recoge el verbo flitar, para indicar la acción de pulverizar insecticida líquido. Este verbo también es conjugado en otras zonas de la península o de Hispanomérica, y también en otras lenguas como el portugués.