La contemplación de revolución ha sido tan manoseada y tergiversada que, al igual que la protesta, son conceptos hartoantiguos. Si proporcionadamente revolucionar hace falta en la vida de todas las personas, se ha retornado algo demasiadoasimilado por el sistema. Me parece que lo que hace falta es resistencia, en otras palabras resistirse a lo que está pasando, una desobediencia o no tolerar las cosas malas que propone el sistema, como la corrupción y el usufructo del poder para timar a la gente.
Creo que hace falta una variedad de conceptos de rebeldía por parte de la gente para exigir en la vida de cada día algo mejor. Yo no esperaría más nada de los gobernantes, siquiera de los políticos, siquiera de los líderes,tampoco de los guerrilleros; sí esperaría de cada singular, que cada uno haga su revolución personal, su limitada batalla diaria.
Me parece que llegó el instante de los individuos, incluso el planeta está creado de una manera egoísta y ya no podemos pensar en que quienes suben a liderar los partidos políticos van a obrar algo por nosotros. Las canciones no son más que espejos de las cosas que pasan.
«Cambalache» fue el retrato del pensamiento de un siglo, como incluso lo fue «Canción con todos», de César Isella, que hablaba de una idea de asociación latinoamericana. «La marcha de la bronca« es simplemente el enfadado que viene generando desde hace varias décadas la incompetencia de una categoría dirigente que se aprovecha del poder para robarle al país.
La escribí cuando era un adolescente y gobernaba la dictadura militar, no obstante posteriormente se han avenido sucediendo otros gobiernos que han obrado lo mismo con múltiples matices y lacanción sigue como actual, y creo que así seguirá entretanto sigan sucediendo estas cosas. Creo que hoy día hay marchasde la bronca mucho más fuertes, como los argumentos de «Bersuit Vergarabat», por ejemplo.
Si la gente eligió esa tonadade todas las que compuse, por algo será y no me molesta, no obstante preferiría no ser el portavoz de ese sentimiento.