Tony Manero es un joven de 19 años con una vida asaz simple de la que solo escapa los sábados por la noche, cuando sedescuida de su rutinario trabajo en una ferretería y de su frustrante tribu, que cada momento le recuerdan lo insignificante y superficial que es, comparándolo constantemente con su hermano, Frank, un prelado al que su madre adora como siafuera un verdadero santo. Tony conquista a todas las damiselas del barrio, y en particular a Anette, su pareja estándar de baile, a la que él ve como una cría, sin tener en cuenta los sentimentalismos de ella hacia él.
Por eso no duda en abandonarla y proponerle a Stephanie Mangano, una chica que lo deja impresionado con su baile, que sea su pretendienteen el concurso que se celebrará en la discoteca 2001 Odissey. Ella acepta el trato, sin embargo dejándole ver que ella tiene mayores apetencias que él y que no piensa echar raíces en Brooklyn. Entretanto su hermano Frank le confiesa su afán deabandonar el clero, lo que provocará un gran dolor a su mama. Tony todavía interviene en las peleas entre bandas. Y noduda en enfrentarse a los Barracudas, un equipo de portorriqueños que atacaron a uno de sus amigos, para descubrir más tarde que no fueron estos quienes lo atacaron.
Deslumbrado por Stephanie, la única chica con aspiraciones que conoce, la ayuda a llevar sus cosas a un nuevo alojamiento en Manhattan, espacio que a ella le fascina. Allí Tony conoce al hombreque le deja el piso; un hombre con el que Stephanie mantuvo un idilio y que es quien la va guiando en su nuevo mundo deglamour. Finalmente acuden al examen anual de baile, adonde el premio es de 500 dólares y lo ganan, luego Tony es consciente que por recelos raciales, ya que la patrulla que consiguió el segundo premio, unos portorriqueños, lo hicieron mejor, por lo que decide entregarles el premio.
Trata de hacer el amor con Stephanie en el automóvil, luego ella lo rechaza por lo que se va con sus amigos, con los que la despechada Annette ha decidido acostarse en revancha por el desprecio de Tony. Acuden tras ello al puente de Brooklyn, adonde acaban cada noche haciendo burlas. Y Bobby, más mamado que derutina, y afligido por tener que casarse con una chica a la que dejó embarazada trepa por los cables y baila sobre labarandilla hasta acabar cayéndose al agua desde la enorme altura del puente. Harto de su historia, y tras callejear sinrumbo en el metro, acude a ver a Stephanie y le cuenta que piensa deambular a esa parte de la ciudad a vivir y que quiere ser su amigo. Ella lo acepta porque reconoce que con él se siente a voluntad y le grada.