Paul Simon y Art Garfunkel se conocieron en sus años escolares, e incluso llegan a grabar un disco. Al iniciar sus estudios universitarios se separan, y Simon se va a Londres a cursar la carrera de abogado y Garfunkel a la Universidad de Columbia a intentar licenciarse en Matemáticas. En el año 1964, Simon, aburrido de los estudios, decide regresar a los Estados Unidos, se vuelve a encontrar con su amigo, y en el mes de octubre tienen la suerte de grabar con la poderosa firma CBS su primer LP “Wednesday morning 3 A.M.”
El álbum, de excelente calidad, no tuvo mucho éxito, y Simon decide continuar su carrera musical en Londres donde ya había hecho algunos pinitos durante sus estudios. Al poco tiempo, llama a su amigo Garfunkel y le convence para que le acompañe en esta nueva aventura en un país en auge musical por la gran explosión del fenómeno The Beatles, y también de The Rolling Stones, la otra gran banda emergente.
Mediado el año 1965, Tom Wilson, el productor de su primer LP “Wednesday morning 3 A.M.”, gran artífice de muchos de los éxitos de Bob Dylan y que aquel año estaba trabajando en su hit “Like a Rolling Stone”, vuelve a escuchar por casualidad su disco y se queda extasiado con una de sus canciones: “The sounds of silence”. Una canción a la que en un principio no había prestado atención y que ahora le parecía sencillamente grandiosa.
Se da cuenta que combina a la perfección la armonía vocal de The Everly Brothers, auténticos ídolos de la música country y del rockabilly, con una letra que le recuerda a la más poética de su célebre estrella Bob Dylan. Sin consultarles nada, realiza por su cuenta unos pequeños arreglos, le incorpora la guitarra eléctrica, y en septiembre de 1965 la lanza de nuevo al mercado en un disco single. El éxito fue total y en muy poco tiempo llega a alcanzar el nº 1.
Recién iniciado el año 1966, Simon y Garfunkel, que seguían en Inglaterra, se enteran de su gran triunfo y retornan otra vez a USA. A partir de ahí comienza su carrera fulgurante. Editan un nuevo LP, “Sounds of Silence”, en el que incluyen de nuevo su canción, que en el año 1968 recibe otro gran espaldarazo como parte de la banda sonora de “El graduado”, una película auténtico bombazo en todo el mundo con Dustin Hoffman de protagonista. Habían logrado el cenit musical y sin duda vivieron su gran y mejor momento.