Posiblemente no exista, para el paladar de los consumidores argentinos, golosinas clásicas tan populares como la Tita y la Rhodesia. A través de los años ambas se han ganado el cariño y simpatía de un pueblo entero, pero la desconocida historia detrás de estas golosinas revela oscuros entramados de infidelidades, asesinatos y envidias.
La Tita fue creada por Edelmiro Carlos Rhodesia en 1949 y la Rhodesia nació posteriormente, cuando la fábrica ya estaba en manos de Terrabusi. Rhodesia fue un joven empresario, pionero en la industria alimenticia argentina hacia finales de los años 40. Nació en Lobos, provincia de Buenos Aires, a principios de siglo y después de finalizar una carrera militar sin grandes lauros vuelve a su ciudad natal donde funda una pequeña compañía. En 1943 conoce a una viuda quien dos años después sería su mujer, Lidia Martinez de Terrabusi.
Sufrió innumerables infidelidades por parte de Lidia y el anecdotario de su vida cuenta con pintorescos datos sobre esto. Valga el ejemplo de la creación de hasta hoy comercializada galletita Melba. La historia cuenta que en 1947 nace su primer y única hija, Melba, a quien Edelmiro Carlos no aprecia demasiado porque extrañamente su tez era oscura (siendo tanto él, como su mujer, de piel trigueña). Esto lleva a producir grandes conflictos y discusiones con su esposa sobre la paternidad de su hija. Posteriormente éste fue el nombre con que también se bautizó a la golosina: Melba, galletitas de chocolate con relleno sabor a limón, casi una metáfora de acidez entre la dulzura.
Pero lo que encierra el verdadero velo de misterio es la historia de su muerte. El éxito de la empresa fue inmediato, y sus ventas se multiplicaron enormemente con la llegada de la televisión. Pero no todos veían con buenos ojos el ascenso de Rhodesia. La familia Bagley, familia tradicional productora de golosinas, sufrió increíbles pérdidas y estuvo cerca de declararse en bancarrota.
Sin datos fehacientes sobre el día de su asesinato, apena consta en los registros oficiales de la época la carátula de “homicio”, y siguen hasta hoy sin esclarecimiento, las causas y formas en que fue ejecutado. Según la investigación del prof. Ricardo Bordato, citada como fuente de éste artículo, en 1956 Roberto Bagley, un impulsivo joven heredero de la fortuna de su familia, disparó repetidas veces sobre la espalda de Edelmiro Carlos mientras este preparaba el dulce de leche repostero. Edelmiro Carlos murió al instante, Bagley estuvo prófugo varios meses hasta que fue capturado en Holanda.
En marzo de 1959 Lidia Martínez de Terrabusi vendió la empresa de Edelmiro Carlos al primo de su ex marido, José Félix Terrabusi y posteriormente la empresa lanzó la golosina Rhodesia en honor a aquel mártir, el 1 de julio de 1974.
Hasta el momento de su fallecimiento en 1989 Lidia jamás hizo declaraciones públicas sobre el asesinato de su último marido, algo que para todos, sencillamente sigue siendo un misterio