Poco se conoció de la vida sentimental de China Zorrilla. Sin embargo, entre sus tantas historias, una vez contó una de un amor que nunca pudo ser. Y el relato fue escuchado por Agustín Barroso, un cineasta que decidió llevarla a la pantalla grande con el corto Entre la sombra y el alma (1997).
«La conocí en 1995, en una conferencia de prensa en Quilmes. Ahí contó la historia de un profesor en la Sorbona, de París, cuando estuvo viviendo allá», le contó Barroso a Famosos. El corto cuenta el relato de una joven China que sentía que el mencionado hombre tenía la vista clavada en ella durante sus clases de literatura.
Ella se sentaba atrás de todo en el aula y mostraba glam con un pañuelo que le encantaba lucir. Con el tiempo, a ella le empezó a interesar su maestro y hasta planeó maneras de iniciar una conversación. Sin embargo, luego se dio cuenta de que el profesor era ciego y en realidad no la estaba mirando a ella sino que apuntaba hacia esa dirección porque ahí había una ventana y eso le daba algo de claridad. «Ella era más grande y tenía un poco de vergüenza, por eso se sentaba arriba», contó Barroso.
Después de escuchar el relato, el director decidió contactarse con la actriz. La llamó y acordó una cita con ella. A China le gustó la idea de hacer una película basada en su historia y más tarde también estuvo de acuerdo con los actores propuestos: Soledad Silveyra para hacer de ella y Arturo Bonín para hacer del profesor. Ella misma aparece al final del corto contando que esa trama fue real y le ocurrió a ella.